Denme de zapes

En este lugar pedí consejos sobre qué detalles podría tener con Cory, las respuestas fueron muy buenas y me alegré, pensaba ya, convertirme en Frodo, el Hobbit del amor.
¿Y qué hago? ¡¡Le pegué!!...

¡Piririri!, ¡piririri! (mega súper efecto especial que intenta imitar el sonido del teléfono).
Frodo en posición estrella, babeando, soñando.
¡Piririri!, ¡piririri!
Frodo jetón: ¿Güeno?
La niña que pide detalles: ¿Frodo? ¿Qué haces? (¡Qué pregunta! a las 7 de la madrugada ¿qué puedo estar haciendo? Se autocontesta) Si, durmiendo ¿Verdad?
Frodo con voz cavernosa: ¡Nombre! Estaba pensando en la teoría de los campos unificados (Ni sé qué es eso).
La odontóloga despierta hobbits: Oye, ¿Podrías llevarme a la escuela? Es que me quedé dormida.
El mediano chinguiñoso: (Yo estaba en eso) Pero es jueves, hoy no circula Flit: el auto insoportable, además está en el taller (Si, otra vez, por cierto China, es un Cavalier rojo despintado y Cecy no se sabe las placas).
Aquellita: Si, ya lo sé tontito (¡Me despierta para insultarme!), venté a mi casa y me llevas en mi coche, agarra un taxi y acá lo pagamos.
El novio siempre solidario: Va que va, horita te caigo (Por si no lo saben, horita es una hora de 40 minutos).
Así es que Frodo se levanta (aún no se despierta), se baña y se lanza con rumbo a las tierras Izcallicienses. La joven dama en cuestión aún no termina su tarea, acaba, se baña y "le vas a meter pata Frodo", "Nel, yo no corro".
Por la pista de cuota a Toluca llegamos en friega (Muy rápido), estamos a dos cuadras de la escuelita donde estudia su especialidad, le llama una pacienta "si señora, ya estoy aquí", y ahí pasó...
¡Puck! Golpecito a una pinche camioneta, Frodo se hace a un lado, la pinche camioneta intacta, ¿el CoryRun? Con un méndigo hoyito en la facia. ¡Me lleva! ¡Y yo soy su maestro de manejo!
Que razón tenía Tanya (No, no en irle al américa, en lo de conducir). Ya veo a Jess carcajeándose.
En la tarde llegó ella al despacho, estaba muy molesta, pero dice que no conmigo sino con el de la camioneta, no sé porqué, él no hizo nada. Dormimos un poco en el sillón, llegamos a su casa, dónde en la mañana, la regresar, había yo guardado el coche. Nadie sabía nada aún. El hipócrita de la comarca sonríe, come enchiladas y ¡córrele antes de que llegué el suegro!.
¿Qué habrá pasado? ¿Cómo se lo contaría?
No sé, sólo sé, que me merezco unos buenos zapes, sírvanse.

Frodo, ¡toooonto!.