10 días sin publicar nada, soy un desconsiderado (conmigo mismo porque nadie lee esta madrinola)
Leí unos cuentitos de Sherlock Holmes, bastante buenos, me gusta como Arthur Conan Doyle es tan detallista, el principal de esos cuentos que leí es la presentación en sociedad Don Sherlock: Estudio en Escarlata. Es excelente la historia adyacente al crimen, la que lo motiva.
En mi nada conocida escala se lleva un 8.5
El otro libro me encantó. El corazón del Tártaro, de Rosa Montero.
¡Que buen libro! Te atrapa en la primer página y no te suelta.
El Tártaro es, según la mitología griega, el sitio más oscuro y profundo en el inframundo o infierno. La protagonista ha estado ahí, ha vivido ahí y, ni modo mi chava, debe regresar y recordar todo lo sucedido en este lugar.
No me gustó que nunca se habla de la droga como debería, ¿le dio miedo a la autora llamarla por su nombre?
La frase del libro -tiene bastantes, es muy citable- "...quien siente pena por sí mismo es porque considera que ha merecido un destino mejor; por consiguiente, quien siente pena por sí mismo es que aspira a más".
En mi escala se lleva su 9.5
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Queridisimo Hobbit... Primero que nada, sábete que si encuentro alguna chica de tu especie rondando por ahí, te la remitiré de inmediato. El problema de las razas Tolkienianas es que pululamos, abundamos y nomás nunca nos encontramos. Por eso nos andamos extinguiendo.
En cuanto al Tártaro... no estoy totalmente segura cuando fue que cambió de nombre para convertirse en la actual Ciudad de México... y todos los que por alguna u otra razón terminamos aquí sabemos que la vida en lo más recóndito del inframundo no es tan mala una vez que nos acostumbramos.
Y con respecto a sentir pena por uno mismo... bueno, has leido mi blog. Las elfas californianas siempre sentiremos pena de nosotras mismas.
¡Ah! Me asusté al ver que el contador subió y no fue por mis constantes ires y venires.
Señorita elfa, bienvenida a este smial.
Gracias por la ayuda en la búsqueda, si alguna vez me encuentro con algún buen partido de su raza, inmediatamente se lo comunico.
El Tártaro finalmente, creo, lo traemos dentro, cada quien carga con sus infiernos por donde va (yo cargaba mi precccioso, jeje).
Gracias por postear
Frodo busca su anillo, ¡¡ahhhh!! ¿Y mi dedo?
Publicar un comentario