Nací en 1976 y en ese año, aparte de mi nacimiento, sucedieron algunas cuantas cosas más.
En ese año comenzaron los primeros vuelos súper sónicos comerciales con el Concorde, ya viví más que estos aviones.
Se creó Apple y ¿Quién habría pensado lo que la manzanita tendría 35 años después? Y más tarde Microsoft se registró como marca y aquí estoy, en una máquina con Windows y en el Word.
Los gringos andaban celebrando su bicentenario, los Celtics eran campeones de Basquet y en los Olímpicos de Quebec Nadia logró los primeros dieces. El Super Bowl lo ganó Pittsburgh a Dallas, mi papá es Vaquero desde aquellos ayeres. Los Rojos le ganaron a los Yanquis en el clásico de Otoño y Rocky se puso una buena madrina con Apollo Kid. Rocky no ganó la pelea pero si se llevó el Oscar.
A nosotros la madrina nos la puso el PRI con JOLOPO y sus siguientes seis perros años.
Mayo de 1976. Galadriel.
Junto conmigo nacieron un chingo de contemporáneos, pero algunos se volvieron famosos como Silvia Saint (cosota), Resse Withersprnnsn… Resse Wintherspin… Payton Manning, Kevin Garnett, Colin Farrel, Fred Savage (¡Kevin Arnold!), Eduardo Nájera, Ronaldo y el Tuomas Holopainen. Yo no me volví famoso, pero soy buena gente, de verdad.
Como el mundo tiene que equilibrarse también hubo gente pelas. Agatha Christie, de la cual sólo he leído un libro y ni me acuerdo del nombre. Howard Hughes y su loquera. El más famoso en colgar los tenis fue Mao, a quien los chinos y los cubanos amaban y el que no ama a Mao, no es cubano chico.
Ese año se estrenó “La Profecía”, donde el protagonista, el supuesto hijo del Demonio, se llamaba ¡DEMIAN! Como el mismísimo hijo de Frodo, ya le busqué entre el pelo al enano y no trae ningún numerito, no hay bronca con él.
Pinchurriento Post, post sí, qué se le va a hacer.
Frodation.
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